Mediodía de domingo

Todo parecía bien está mañana. Había arreglado verme con mi pareja y de hecho la esperé bajo el sol en esta mañana de invierno, a ella le gusta.

También había otra gente allí, del lugar donde vivimos, porque aparte del sol un alma caritativa reparte dulces y chocolate con leche. Entre esta gente había una mujer que manchó su bufanda con chocolate y displicentemente  le di mi botella de agua para que la limpiase.

Luego fui la bar de al lado porque tienen internet y la necesito por tengo que encontrar piso y trabajo urgentemente.

Al rato fui a ver cómo estaba mi chica y gran disgusto, no estaba ni ella ni la señora. La llamé un par de veces, le escribí mensajes y nada. Volví a llamarla, pero no sé nada de ella. Pienso, y vuelvo a pensar que le ha llevado a hacer lo que hizo. Y no me gusta lo que pienso.

Mejor dedicarme a mis cosas, es mediodía de domingo…


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